domingo, 24 de junio de 2012

2012-06-16 Lagunas de La Nava y El Barco

Una "pequeña" ruta circular por un par de lagunas próximas a Nava del Barco...

La propuesta inicial pretendía seguir la descrita aquí salvo por el recorrido por Las Azagayas.

Simplificando se trataba de una circular, Puente de La Yunta - Laguna de La Nava - La Covacha - Laguna del Barco - Puente de La Yunta.


Se parte del Puente de La Junta y se llega a la Laguna de La Nava por la garganta de La Nava. Se sube al Pico de La Nava, se sigue a la Covacha, se baja a la Laguna del Barco y se baja de ésta hasta el puente por la garganta de Galín Gómez. Se comenzando un Viernes por la tarde/noche y se termina el Domingo por la tarde, incluyendo 2 pernoctas.

Salimos el viernes por la tarde de Madrid en 2 coches, llegamos a El Barco de Ávila, donde dejamos uno, y seguimos con el otro, "a tope", hasta el pueblo de Nava del Barco.

(© Guillermo)

A la salida de éste, en dirección Umbrías tomamos el desvío a la izquierda que nos lleva al Puente de La Junta, donde dejamos el coche, y que es el punto de inicio y fin del "paseo".

(© Guillermo)

Estamos preparados y con ganas! (© Guillermo)

Iniciamos la andadura siguiendo el PR AV-39 y en poco tiempo, y ya casi de noche, nos plantamos en refugio de La Casera, donde paramos para la cena y pernocta.



Dentro del refugio, que es más bien un chozo, se está bien así que preparamos la cena dentro, un poco molestos por la cantidad de basura que había.



Es buen sitio, incluso tiene una acequia cerca que viene muy bien para recoger agua sin tener que bajar al río.
(© Guillermo)

Fuera hace buena noche así que haremos vivac, dulces sueños bajo un cielo estrellado...

(© Pato)


(© Guillermo)

A la mañana, secado del equipo de vivac, mojado tras una buena rociada mañanera, desayuno, preparación de mochilas y andando por el el PR-AV 39 hacia El Corral del Diablo, donde se encuentra la Laguna de La Nava.



Dejamos un par de bolsas de basura en el refugio, con restos nuestros más una gran cantidad de "MIERDA" que han dejado otros (botellas, latas, vasos de plástico, etc) para subir a recoger el Domingo, y nos ponemos en marcha...

(© Guillermo)


(© Guillermo)

(© Guillermo)

(© Pato)
El camino sigue por un trecho al lado de la acequia, que cruzaremos más adelante, y a este margen del río, que también cruzaremos...



(© Pato)

LLegados al siguiente refugio, a escasa distancia del primero, buscamos una fuente, Fuente Losa, que localizamos más abajo del refugio, al pie de unas piedras donde encontramos una curiosa placa con inscripción.


El refugio de Fuente Losa (© Guillermo)

(© Guillermo)

Fuente Losa está a pie de estas piedras


Seguimos adelante siguiendo las balizas PR y los hitos, continuando de momento por la margen derecha del río (sentido subida).

(© Guillermo)

El camino ya nos va acercando al río, donde cruzaremos a la otra orilla cerca del meño que aparece al fondo.



 LLegamos al cruce del río, donde su bajo nivel nos lo hace fácil. A partir de ahora el camino va todo el tiempo de este lado del río, con numerosos tramos empedrados a mano.




En al cruce nos detenemos a contemplar un poco de fauna local...


Una vez cruzado el río nos encontramos enseguida con una gran piedra, con un nicho religioso relacionado con habitantes de la zona, al igual que una construcción derruída que encontraremos al lado de la misma laguna.

La piedra del nicho (© Guillermo)

Piedra del nicho, 11/Jun/2010
El nicho
En seguida entramos en la zona donde el río se encañona.


Aquí nos detenemos a disfrutar de las vistas y los saltos de agua...




(© Pato)


Aquí vino alguien a disfrutar de barrancos...


Uff! Que tentación un bañito aquí...

No podemos evitarlo, hay que sacar fotos de estos sitios.
Ya nos ponemos en marcha, dejando este lugar tan tentador, pero hay que tirar pa'arriba que hay mucho camino por delante. Al fondo ya se ve el circo, conocido por Corral del Diablo (por lo frío que es, orientado al norte), nos queda 1h aprox. hasta éste.



Seguimos subiendo, con pequeños tramos rectos, zetas, desniveles, y muchos de ellos empedrados. El origen de estos caminos está en el trabajo que hicieron los construtores de la presa, que necesitaban un camino firme para los desplazamientos.




Ya estamos llegando, se ve el borde de la laguna en la línea amarilla de los piornos.


Ahora viene una zona más o menos llana, con piornal y pradera, y al final una breve subida.



El último repecho hasta la laguna.

Ya llegamos! El muro que represa la laguna.

LLegamos a la laguna, donde nos tomamos una pausa.
 


Enseguida nos ponemos en marcha, continuamos por la izquierda de la laguna, siguiendo un arroyo que entra en ésta por donde una antigua casa parroquial (o algo así, ahora derruída).


Casa parroquial

(© Pato)

Adiós! Laguna de La Nava

Seguimos el arroyo, luego su ramal derecho y después por el borde de un piornal hasta acercarnos al borde del circo y llegar hasta el Pico de La Nava, con una parada para comer.

(© Pato)
El arroyo que seguimos

(© Pato)

Al final del ramal dcho del arroyo seguimos al lado del piornal

Impresionantes vistas de lo que dejamos detrás
Por fin paramos a comer, un descanso al sol, a reponer fuerzas y a pensar en lo que queda. Aquí les cuento a los compañeros que estoy muy cansado para hacer el cordal hasta La Covacha y bajar de ésta a la Laguna del Barco, que yo prefiero bajar a la laguna por otro camino más próximo.

La comida, ya cerca del Pico de La Nava
Cordal entre el Pico de La Nava y La Covacha

Tras la manduca llegamos al Pico de La Nava, unas fotos, bajada al collado inmediato, y evaluación del camino a tomar. Por suerte Pato lleva una descripción de esta ruta que baja por donde yo tenía mas o menos idea, de modo que localizamos un par de referencias y tiramos para abajo.

Pico de La Nava (© Guillermo)

(© Pato)

Bajada al collado, detrás, el cordal a La Covacha

Bajada al Regajo del Perro

Fauna local en la bajada

La bajada se hace bien, la referencia inicial del cercado y los hitos, más o menos espaciados, nos sirven de referencia. Aunque el camino se hace bien, ya notamos el cansancio...

(© Pato)

En este punto seguimos para abajo por una evidente canal despejada de piornos (en primer plano, por donde baja Ismael)...


Los compañeros esperando al "lento"
...y ¡la cagamos!...el camino no baja por aquí, nos vamos dando cuenta a medida que vamos descendiendo, no hay hitos, esto es una bajada de aguas y el terreno se abrupta más.
Al llegar a un salto hay que pararse a buscar otra línea de bajada. Ya vemos la laguna y el refugio, tan cerca...pero aún lejos (que ganas de llegar).

(© Guillermo)

La bajada era por una canal más amplia y asequible que hay a nuestra derecha, así que nos metemos entre los piornos y hacia ésta que nos vamos. Por suerte para nosotros las cabras han hecho numerosos senderitos entre el piornal que nos facilitan el cambio, ¡gracias cabritas!.

Canal correcta de bajada, a nuestra derecha

LLegados a esta otra canal seguimos descendiendo, con su dificultad pues hay mucha piedra suelta y los resbalones son contínuos, pero se ve claramente que por aquí baja el camino por los hitos que ahora sí están.



La bajada, ya por el canal correcto
Nuevo momento de indecisión, hay hitos a la derecha y a la izquierda...decidimos que a nuestra izquierda y luego siguiendo una hendidura, más o menos escalonada. Pero esto no tiene nada de fácil, hay piedra suelta por todas partes, desde pequeñas y redondas hasta lajas grandes...uff!...cuidado que te vas para abajo...estate atento!!!.

Yo, que soy el último, veo a los demás llegar a terreno mejor, ya muy cerca del refugio y me entra el ansia, pero en momentos como éste no hay que apresurarse...párate...respira y para abajo "despacito y con buena letra", que ahora estás en el mejor momento para un tropezón o una torcedura desafortunados.

A pesar que me quejo un poco de esta bajada no tengo claro que la que deberíamos haber usado de ir a La Covacha sea mejor (bajada supuestamente desde la portilla de la derecha).

Circo de la laguna (© Guillermo)

Por fin llegamos a terrenos fáciles, al refugio y a la deseada laguna. Dejamos las mochilas y a refrescarse los pies, que lo están deseando.



En el refugio y alrededores nos encontramos pescadores y tras una charla y debate entre nosotros decidimos plantar la pernocta con otro vivac no muy lejos del mismo. Como es pronto podemos elegir un buen sitio para plantar los sacos...a ver este...no, tiene bultos...y este...tampoco, me quedan los pies más altos que la cabeza...se hace difícil buscar un buen sitio, debe ser el cansancio....veamos este otro...GUAUUU!!!...buenísimo, mullidito, sin bultos y llano...¡AQUÍ ME QUEDO!.



Ahora toca preparar la pitanza y a cenar...risoto montañés y tallarines alpinos...acompañados de entremeses de Guijuelo y otras exquisiteces.

Luego al vivac, donde nos dormimos rápido, con algo de brisa que nos evitará la rociada mañanera. Algunos que en algún momento estamos despiertos cuando ya es de noche contemplamos nuevamente una impresionante bóveda de estrellas, con sus cometas, satélites y aviones...



Por la mañana, más descansados que el día anterior, desayuno, recogida del vivac y preparación de mochilas, un par de fotos de despedida y en marcha.




 




La última foto del circo antes de perderlo de vista en la bajada

El camino de vuelta va inicialmente por el margen derecho del río (sentido bajada) pero en breve lo cruzaremos al otro lado, por donde seguiremos hasta el Chozo Anselmo.





 


Seguimos bajando, disfrutando de las vistas, y nuevamente vemos cascadas interesantes, aunque esta vez un poco lejos del camino.








LLegados a la cancela que da al refugio Anselmo, donde dejamos el camino principal (de frente, pasando junto al chozo) y seguimos (por la derecha) una acequia e hitos valle abajo.




Cruzamos la acequia por un puente de piedra y después el río, continuando por su margen derecha. Nuevas cascadas nos alegran el camino...





Tras el cruce del río el camino se ve más incierto por un tramo donde se estrecha un poco entre bloques, pero seguimos los hitos, que nos conducen sin problema.


Seguimos bajando, siguiendo los hitos, pasando por algunos prados, ahora ya por un sendero que sigue los hitos valle abajo.






A partir de este punto el sendero deja los prados abiertos y nos metemos en matorrales. En algún momento nos encontramos con más fauna local, las lagartijas y parientes abundan.





(© Guillermo)



 El cansancio es peligroso. Al llegar a este punto me fijé en la cancela, perdiendo de vista por donde pasaba, dándole una buena castaña a mi rodilla con la piedra donde estoy sentado, pero por suerte sólo fue doloroso por poco tiempo, pudiendo continuar tras una pausa.

(© Guillermo)
Más abajo, tras cruzar un prado y antes de pasar un cercado, hacemos una pausa sombreada.

 

Al pasar el cercado entramos en otro prado donde hay ganado con mala pinta. Nada más entrar nos siguen con la mirada y algo tensas un par de vacas negras de cuerno abundante. Nosotros, por si acaso, decidimos ir más próximos al río, un poco más abajo, por donde además el terreno y las matas nos tapan. Curiosamente ya no me duele la rodilla y voy en cabeza un rato...¿será cosa del instinto de supervivencia?

Pasamos al siguiente prado a través de una apertura con alambres que hay junto a un regato de agua, que hay que cruzar. Han sido momentos de tensión vaquera...


Seguimos un sendero junto al regato, que pronto se convierte una rodada de vehículos y llegamos a una portilla que da acceso a la pista que nos llevará finalmente hasta el puente de La Yunta.


Una vez cruzada la cancela sólo nos queda seguir por la pista, un poco acalorados porque está muy expuesta al sol.

 



En el camino nos encontramos una fuente que nos viene miy bien para refrescarnos un poco. Una pausa y continuamos.

(© Guillermo)


El camino se hace largo pero sabemos que nos queda poco. A nuestra izquierda, un poco más abajo, se ve una acequia que debe ser la que pasa por el puente, y que poco a poco se va aproximando al camino.

(© Guillermo)

 

Ya hemos llegado, tras esta curva nos encontramos a nuestra izquierda con el puente de La Yunta, donde nos hacemos la foto de rigor.




Ahora toca recoger la basura que habíamos dejado en el primer refugio, a una media hora de aquí. Pato y Guillermo van a por ella, ahora más ligeros por ir sin mochilas, mientras el resto esperamos descansando en el río, y algunos con el correspondiente baño de pies.




Al regreso de los compañeros subimos al coche y nos vamos al pueblo de Navatejares a disfrutar de unos bocatas y cerveza en el bar Tito.

(© Guillermo)
Y eso es todo, hasta la próxima.