lunes, 2 de marzo de 2015

2015-02-14 Del Puerto de Navacerrada a La Barranca

Hola de nuevo,

Después de disfrutar de la nieve en la reciente salida a Cabeza Lijar, quería repetir, esta vez por Navacerrada o Cotos.

Por forma física y limitaciones con horario y coche decido hacer una de mis habituales, subida en bus desde Navacerrada pueblo al Pto. Navacerrada y bajada a La Barranca desde Collado Emburriaderos.

Publico una propuesta en varios grupos de FB y en DSM, incluyendo subida/bajada de Alto de Guarramillas y se lo propongo a un amigo, Rubén, que se apunta el primero.

De los grupos se apuntan María y Menchu del FB-KKB y Nacho del DSM, a ninguno de los cuales conozco, pero al ser una ruta sin dificultad (eso parecía) no me preocupo demasiado de que sea nuestro primer encuentro.

Después de varias llamadas y mensajes WSP quedamos Rubén, María y Menchu en La Barranca, donde dejaremos un coche para la vuelta y bajamos con el mío a Navacerrada, donde he quedado con Nacho para tomar el bus.

Preparándonos cerca de la parad del bus
Nada más encontrarnos con Nacho me entra la preocupación, no le conozco y el calzado que trae me resulta escaso, algo que parecen unas zapatillas verde fosforito compradas en el LIDL, pero como ya estamos en marcha lo veremos en el puerto, quizás no esté demasiado mal.

Llega el bus enseguida, 08.50, nos montamos, paga Rubén lo de todos, 1.30eur (o así) por persona, y vamos hacia el puerto. El bus lleno de gente, muchos extranjeros, destacando los asiáticos..¿será que hemos tomado el bus-lanzadera de Humor Amarillo en La Nieve?. Un ligero atasco de subida nos deja en el puerto después de unos 20 min.

Ya en el puerto nos vamos a Venta Arias a prepararnos y tomar un café. Aquí expongo mis dudas del calzado a Nacho, que sonríe y me insiste que no me preocupe, que son unas zapatillas cojonudas (me he fijado que no son LIDL sino Salomon), y le veo tan seguro que me tranquiliza.

Fin del café y preparativos, nos ponemos en marcha, descartando subir a Alto de Guarramillas, está muy cerrado con un viento apreciable, de modo que vamos directos al Col. de Emburriaderos.

El camino que normalmente es muy visible y fácil de andar ahora se pierde un poco entre la nieve y las nubes, y está completamente pisado, con nieve helada, un poco delicado. Yo decido tirar de crampones, no me apetece darme una culada, cosa que no parece importarle a la pequeña horda de turistas que subieron a pisar nieve en calzado urbano.

De camino al collado, Rubén, Menchu, Nacho y María
Llegados al collado vemos que no hay ni rastro del habitual sendero que baja a La Barranca, es más, tenemos a nuestros pies un buen nevero. Aquí las compañeras, María y Menchu deciden usar sus crampones, Nacho sigue con sus Salomon Atómicas y Rubén no está interesado en ponerse los pinchos que le traje prestados.

Parada técnica para "cramponarse"
Comenzamos la bajada, pasando junto a un grupo que está haciendo práticas de auto-detención, todo hacia abajo por lo que parece un rastro de huella.

El firme alterna entre blando, duro o con duro costra, y es cansado de andar. Bajando llegamos enseguida a ver una formación de roca que marca el límite de por dónde va el camino a La Barranca.

Bajando, nieve blanda, dura y costras alternando
Menchu y Nacho, el fondo apenas se ve a los del curso


Con esta referencia vemos a la derecha lo que parece ser el PR. Nacho está de acuerdo en que es por ahí y decidimos seguirlo.

La roca límite
A la dcha. del árbol, algo más arriba va el "camino"
Efectivamente, es el camino (o algo así), tiene huella algo vieja y va en la dirección correcta. Apenas se deduce por la huella vieja, pero más o menos se sigue.


De aquí y hasta el Mirador de Las Canchas todo el camino será un poco pesado y tenso. Nos hundimos en la nieve blanda que hay fuera del "camino", o en la nieve costra, o pasamos con cuidado por zonas de nieve más dura, casi placa.

En el "camino" 
Me paro a sacar alguna foto curiosa...
...y en breve casi no veo a los compañeros 
María en pose "summit"
Rubén, con quien ya he compartido camino, y Nacho, avanzan bastante bien sin llevar pinchos ni raquetas. Rubén con sus botas y Nacho con sus Salomon. A Rubén ya le conozco y sé que tiene buen equilibrio, se mueve bien, pero Nacho me sorprende, incluso con sus zapatillas (¿o son algo más?) se mueve mejor que Rubén.

De hecho, en el paso más delicado de todo el camino, una zona de nieve inclinada bastante dura, donde Rubén tiene que usar un bastón para ayudarse, Nacho se mueve con bastante soltura, a pesar de patinarle ligeramente las zapatillas.

Yo, María, Menchu y Rubén
En todo el camino noto lo fondón que estoy, voy el último, en parte también por caminar con los crampones en este camino irregular donde cada poco te hundes.

El "guía", un poco rezagado
A partir de cierto punto el camino se ve mejor, el suelo ha cambiado algo al comenzar a meternos en zona más arbolada.


Un poco después de este punto tuvimos la anécdota del día, María perdió el crampón derecho. Justo nos detuvimos a hablar con unos que subían con raquetas cuando se dio cuenta. Ella, Menchu y Rubén retroceden un poco en el camino para buscarlo y ¡ENHORABUENA! lo encuentran, ¡qué potra!

Después de 2h 30min aprox. llegamos al mirador, un papeo rápido, un poco de té caliente y alguna foto.


Decidimos continuar la bajada por la senda Ortiz, que tomaremos donde el antiguo hospital de tuberculosos. Al salir del mirador tomamos la pista a nuestra izquierda, comenzando a bajar.



Y pronto llegamos al prado donde estaba el hospital, que esde donde tomaremos la senda Ortiz.



Después de 1h aprox llegamos a la pista que baja del mirador hacia el hotel.

En la pista a la salida de la senda Ortiz 
¿Cansados?, sólo llevamos 4h 30min andando...
Ya en la pista bajamos hacia la zona del hotel, donde Rubén tiene el coche. Pensábamos tomar un café en el hotel pero al llegar vemos que está cerrado por reforma, otro día será.

Nuestras últimas fotos del día, en el embalse inferior, aún con buenos hielos de las semanas anteriores.



Ya se acabó el día. Ha sido una buena "pateada" y un descubrimiento del poder "Salomon" en la nieve, je je. Un gusto también conocer buena gente y compartir esta "aventura".

Hasta otra...